Las cejas enmarcan el rostro, por ello es importante prestarles atención y llevarlas siempre bien arregladas, ya que pueden mejorar o empeorar bastante la expresión facial. Unas cejas bien diseñadas armonizan el conjunto del óvalo facial, agrandan el ojo y hacen la mirada más profunda. En cambio, unas cejas demasiado largas, mal depiladas o muy rectas pueden estropear un rostro, hacer la mirada triste o cansada, dar una imagen desaliñada o quitar expresividad.
Cada vez hay más salones y profesionales que se dedican en exclusiva a este arte, es la opción más cómoda desde luego, pero también podemos hacerlo en casa con unas pinzas, un espejo y buena luz. Con este dibujo les explicamos cómo se debe hacer: el número 3 es dónde debe empezar la ceja, el 2 dónde debemos dar algo de forma y el 1 dónde debe acabar.
Cada vez hay más salones y profesionales que se dedican en exclusiva a este arte, es la opción más cómoda desde luego, pero también podemos hacerlo en casa con unas pinzas, un espejo y buena luz. Con este dibujo les explicamos cómo se debe hacer: el número 3 es dónde debe empezar la ceja, el 2 dónde debemos dar algo de forma y el 1 dónde debe acabar.
También hay que tener en cuenta unas reglas básicas: Es mejor dejar pelos de más que de menos. El por qué es obvio: si sobran siempre se pueden quitar, pero si nos pasamos... sólo podemos dejarnos flequillo. Hay que respetar la forma natural (si por ejemplo tenemos las cejas muy rectas, no podemos pretender crear un arco exagerado, mejor hacerlo discreto pero natural) y, ante todo, no dejarnos las cejas extra finas, puesto que está completamente out y nos quita toda la expresividad de la cara.
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